Una anotación

Hoy se cumplen 20 años del asesinato de Bernardo Jaramillo Ossa, candidato presidencial de la Unión Patriótica (UP). Varios medios alrededor del país recuerdan la fecha,  mediante testimonios y el proceso ante la Fiscalia, que  aún no ha sido resuelto, a pesar de que Jaramillo denunciara amenazas casi diariamente. No es ninguna novedad que Jaramillo supiera que lo iban a matar, para entonces la campaña de exterminio contra la UP ya cobraba más de 1000 muertos, solo por nombrar otro indicio.

Además de  mencionar que Pablo Escobar, al Zarco o Fidel Castaño tuvieran que ver con el crimen de Jaramillo, en un día como hoy se debería recordar la responsabilidad del Estado o ¨los otros culpables¨ de los cuales hasta hoy se habla poco o nada. Para Marzo de 1990 acontecieron varias disputas entre Fuerzas Armadas y la UP por falta de garantías electorales, al mismo tiempo que ocurrían las masacres contra miembros de este partido, al mismo tiempo que Carlos Lemos Simmons, ministro de gobierno de turno (y más adelante presidente de la Nación) declaraba que la UP era un brazo político de las FARC.

El día del asesinato de Jaramillo, el PC Y la UP acusaron por medio de una carta a Lemos por persecución política de ambos partidos, dadas las afirmaciones de éste ante los medios, en las cuales los inculpabapor las acciones de  movimientos guerrilleros. La carta denunció que con este tipo de declaraciones, el gobierno anunciaba una nueva ola de asesinatos contra los integrantes de la UP y pedia que se investigaran las razones por las cuales el ministro incurría en esta guerra sucia. Ese mismo día, recuerdo, Jaramillo fue asesinado.

Ante esta situacion, el periodico El Tiempo siempre calificó de excesivos los pronunciamientos de la UP que señalaban a miembros del gobierno. El editorial del 2 de Marzo de 1990, por ejemplo, le recomienda a estos ¨acallar la lengua, medir los vocablos agresivos que pueden caldear mas una candente situación». El periódico también defendió al General Maza Marquez, quien hoy en día, 20 años después, es investigado por la Procuraduría, la cual recientemente llegó a la conclusión de que la agencia de inteligencia estatal (DAS) que él dirigía, estaba implicada en el asesinato.

A pesar de lo anterior y de otra centena de hechos, lo que se refleja en un día como hoy es que los medios escriben con silencios convenientes, mientras la atención sigue desviándose de lo esencial, la responsabilidad de amplios sectores involucrados en el exterminio de la UP  y las repercusiones de su lenguaje en la indiferencia y la apatía de la sociedad colombiana, contexto que muy bien contradice lo que quería Bernardo Jaramillo para este país.

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2 comentarios en “Una anotación”

  1. charlotwoolf Says:

    Es un dejavu de la conciencia del país. Carambas uno se dice cuando se despierta la mitad de la noche y piensa que eso sucedio ayer, ayer, ayer y ahora, ahora, como muy posiblemente mañana.

    Deciir: «es que colombia es donde pasa estas cosas», pues no. Por obra y gracia del estado del derecho, la mayor permisividad esta en los atropellos del estado, su silencio. Pero es una relacion tipo mantes entre estado y sociedad.

    estado dice: la cage y colabore a que murieran miles porque se debia hacer.

    Sociedad responde: No importa, te perdono, si lo hiciste algun motivo debes tener, mejor olvidemoslo.

    Y SUACATES, SE VA LA CABEZA!!!. dejavu, dejavu. tiempo, santos. Dejavu


  2. Bernardo Jaramillo y la mayoria de los asesinados de la UP representan el exterminio de una generación de colombianos brillantes, con ideas nuevas que estaban destinados a cambiar el país hasta que las fuerzas oscuras del estado se lo impidieron, en su objetivo de evitar a toda costa cualquier intento de renovación en la dirigencia del país. Se exterminó un partido político, se exterminó una generación de gente activa, con ideales de democracia y paz. No es difícil escuchar a Bernardo Jaramillo y darse cuenta que a su lado todo demás era mediocridad, esa mediocridad que se robó el país a sangre y fuego. Sin embarho a la UP no la olvidaremos jamás.


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